la sangre escapa de mí
y me seca el cerebro
veo tu situación y me siento miserable,
madre
me dan ganas de matarme,
madre
de ser yo la sangre que se escapa
habría de tener pantalones limpios
para mancharlos
pantalones impíos
pero míos
para remendarlos
habría de sonreírle a mis diablos
darles la mano
y una palmada
y estafarlos
seducirlos
aniquilarlos
habría de besar a los ángeles
y a mis espejos
brujos siniéstros
que me recuerdan los daños
y años
perdidos
enrojecidos
enloquecidos
vagabundos
que el cielo se caiga
y carga su cruz en mi selva
oh, madre
desángrate conmigo
fluye y conviértete
en mi enemigo
únete en el centro del todo
negándome la palabra
quizás dejarás que fluya mi universo
travieso
verso inverso perverso
toda rima maliciosa
correrá por mis venas
las de mi cuerpo, es decir
ya no yo
ya no mis penas
mis pensamientos cabalgarán en el sueño
silencioso
volaré por la nube blanca
y la lluvia caerá para arriba
ya no más gritos madre
ya no más oscura vida y sincera
nada, nada comparte lo recibido
oh, madre
nadie miserable entiende
la situación encarecida
en que te has entrometido
por eso
yo soy sangre
y fluyo
como la suave arena
del desierto de ceniza
embravecido
me dejaste impactado que gran poema
ResponderEliminarMuchas gracias, Gil :)
ResponderEliminarCasvia, no te conozco pero quiero repetir tus poemas y los mìos, la desgarradura del adjetivo se vierte acaudalada, versa en creadoras madres repetidoras del insomnio cruel, adjetivos o sustantivos, donde dejamos las promesas de ser buenos hijos.
ResponderEliminarrepito me encanto tu poema,
gil
"alias" El Tigre de Malasia
Está excelente!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarme gusto mucho.
Hoy pensé en escribir algo como esto:
ResponderEliminar¿Donde habrán quedado
aquellos heroes del pasado?
Tristes recuerdos ahora inmersos,
o detrás de un escritorio.
Lágrimas que añoro,
tristes huellas de mi alma,
manchas sin borrar de lodo.